Cumbres Borrascosas

Lockwood es un hombre que llega a Cumbres Borrascosas para conocer a quien le alquilará una casa en la Granja de los Tordos. Heathcliff, un tipo frío y áspero, y aquellos que habitan en la finca, lo reciben de manera antipática, por lo que él se pregunta qué los llevó a verse tan atormentados e infelices. 

La señora Dean, el ama de casa en la Granja de los Tordos y quien se dedicó a cuidar a los inquilinos, le relata a Lockwood la historia de las dos familias que residen en Cumbres Borrascosas: los Earnshaw y los Linton. Treinta años atrás, el propietario de la hacienda, el señor Earnshaw, quien vivía con sus hijos Hindley y Catherine, emprende un viaje a la ciudad de Liverpool, en donde se encuentra con un niño huérfano de origen gitano con piel de tez oscura y decide adoptarlo dándole por nombre Heathcliff. Aunque al principio es rechazado por los hermanos Earnshaw, con el tiempo, Catherine y Heathcliff se vuelven inseparables y su amistad se convierte en amor. Cuando el padre de Hindley y Catherine fallece, Hindley se convierte en el dueño de Cumbres Borrascosas, motivo por el que regresa a la finca con su mujer, Frances, permitiéndole a Heathcliff quedarse con la condición de ser un empleado más. Como a Hindley nunca le agradó el buen trato que tuvo su padre con él a pesar de ser adoptado, se dedicó a hacer su vida miserable.

Las circunstancias por las que atraviesa Heathcliff lo hacen amargarse a tal grado que decide abandonar Cumbres Borrascosas. Cuando regresa años después, descubre que Catherine ha desposado a Edgar Linton, amigo de su infancia proveniente de una familia bien acomodada; situación que lo llena de rencor y odio. Heathcliff buscará vengar su pasado, haciéndoles la vida imposible a los hijos de aquellos que lo humillaron hasta el cansancio por su procedencia. 

El amor, el odio y el constante deseo de venganza, se expresan a través de las páginas de esta novela para llevarnos a un mundo del que será imposible salir cuerdo(a). Cumbres borrascosas es la más extraordinaria y caótica novela de amor que jamás se haya escrito. 

La relación entre Catherine y Heathcliff es lo más tormentoso que he leído en mi vida. Creo que la definición que hoy en día se utiliza como tóxico, se queda corta a comparación con lo que tienen ellos. Antes de leer este libro, me topé con muchas opiniones encontradas; unas extasiadas con la historia de amor entre estos dos personajes, mientras que otras, molestas por lo demoníaca que llega a ser. Pero si algo puede decir, es que la prosa de Emily Brontë es una maravilla, te perturba de principio a fin; es una mezcla de emociones y debo reconocer que me erizó la piel en varias ocasiones.

En general, todos los personajes me parecieron excepcionalmente bien estructurados. Incluso los personajes secundarios como Hareton y Joseph, que a pesar de su corta aparición, resultan sumamente perturbadores. 

Esta novela publicada en 1847, causó mucha controversia, empezando por la creativa narración del personaje de Lockwood, hasta la rebeldía y locura que caracterizaron al personaje de Catherine. Sin lugar a dudas, es una historia que ha trascendido casi 200 años y que seguirá estando en el top de los mejores clásicos escritos por mujeres en el Siglo XIX. 

«Aunque él la amase con toda la fuerza de su mezquino ser, no la amaría tanto en ochenta años como yo en un día».




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