Casas Vacías es una novela narrada desde la perspectiva de dos mujeres; una habla de la desesperación, la tristeza y el dolor que trae la desaparición de su hijo, de todo lo que hay detrás de su maternidad, lo que sucede después de este infortunio y como es que queda al cuidado de Nagore, sobrina de su esposo cuya madre fue víctima de un feminicidio. Por el contrario, la otra mujer, desea ser madre de una niña y es capaz de aguantar violencia e infidelidades por parte de su pareja con tal de conseguirlo.
Este libro cuestiona la maternidad y abre diálogo sobre cómo se enfrentan las maternidades no solicitadas que son impuestas socialmente y lo que significa para una madre la pérdida de un hijo "¿Por qué los llaman desaparecidos y no se atreven a llamarlos muertos? Porque los muertos somos los que buscamos, ellos siempre, siempre seguirán vivos."
Esta novela me deja pensando en todas esas mujeres que he conocido y de las que he escuchado comentarios como "No tengas hijos, son una responsabilidad enorme" "Cuando tengas hijos tendrás que sacrificar tu vida" "Amo a mi hijo(a) pero nunca me vi siendo madre" Y entonces me pregunto qué llevó a esas mujeres a tomar la decisión de ser madres; si fue una imposición, una manera de preservar la especie, una razón para no sentirse solas, un motivo para romper ese patrón de violencia que vivieron en casa. Hay tantas razones por las que una mujer decide ser madre y la más válida según nuestra sociedad, porque nuestro cuerpo está biológicamente hecho para tener hijos; pobres de aquellas que no los pueden tener y pobre de ti si dices que no está en tus planes tenerlos.
Brenda Navarro, escritora mexicana, toca un tema sumamente sensible de una manera muy dura pero muy real y del que es necesario hacer conciencia. En palabras de la autora “Ser madre es el peor capricho que una mujer pueda tener.”
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