30 cosas que aprendí en 30 años

1. La música es la mejor forma de expresarme.

2. Pero también aprendí a expresarme de formas creativas que jamás hubiera imaginado.

3. Gasté muchísimo dinero en conciertos… No me arrepiento para nada.

4. Los libros son y serán terapia 🩷

5. A valorar personas que están y estarán para mí aunque sean contadas.

6. La estabilidad también se da a través de la frustración. 

7. A siempre siempre dedicarle tiempo y energía a lo que me apasiona.

8. Que dar el 120% siempre trae buenos resultados.

9. La ayuda viene de donde menos te la imaginas.

10. El tiempo a veces te da la razón. 

11. La gente que te quiere no siempre te dará la razón, pero siempre querrá lo mejor para ti.

12. Incluso de las malas decisiones que he tomado, puedo sacar cosas grandiosas ✨

13. No necesito mucho para empezar.

14. Hacer cosas nuevas siempre me dio mucho miedo… Pero es lo que más me ha ayudado a crecer

15. Viajar es algo que quiero hacer el resto de mi vida.

16. A decirle a Adam que lo amo cada que puedo 🐶

17. A ver a mi familia como un lugar seguro y siempre siempre van a estar, no importa que decisión tome.

18. Siempre van a hablar de mí, haga lo que haga. Pero ya no es necesario agradarle a todos.

19. Los sueños premonitorios sí existen.

20. Cuidar de mi salud (mental, física, espiritual y emocional) es lo más importante.

21. A dar mucho pero a las personas correctas (lo he ido descubriendo en el camino).

22. A aprender a canalizar mis emociones en algo útil.

23. Las sectas espirituales te manipulan la cabeza a través de meditaciones guiadas y nomás te sacan dinero. 

24. Que Dios sí existe, lo encuentras en cosas tan sencillas. No es necesario ser parte de un grupo espiritual o una religión, porque se lucra mucho con eso.

25. Que nunca dejaré de aprender y no quiero dejar de hacerlo.

26. Que soltar y dejar ir es lo más sano que puedo hacer por mí

27. Que no necesito encajar en todos lados.

28. Que soy una persona ultra mega afortunada por todooooo lo que tengo y por quienes me rodean 🩷

29. Que estoy feliz de estar donde estoy y de toooodo lo que he logrado, pero no me voy a cansar hasta cumplir todos mis sueños. 

30. Que la vida es muy bonita, está llena de magia y vale la pena disfrutar cada momento y sentir, sea la emoción que sea, sentir es bonito y está bien.

 



Building a life worth living

It’s curious how therapy is so overrated nowadays. You must find yourself, love yourself and set healthy and lovely boundaries up, you should be spiritual, should be grateful, blablabla.

This book is about author’s life history and how it inspired her to develop DBT therapy. This therapy is focused on creating skills to control emotions. 

Today, I recognize I’m not the same negative, chaotic person I used to be. I developed my own skills, I found a way to scream my emotions and to create with them. This is how I started to create content on social media. It’s been a long path.

I guess being by your own, creating your life rules, not following any specific path guided by those who name themselves ‘leaders’, is what freedom really feels like. 

I have been struggling with my mental health for many years. Somehow, I found peace in spirituality, angels and meditation. I built a wall around me with these pillars. Four years later, I discovered those things I used as life-saving tools, were nothing but fantasy. A fictional world created by mental master of puppets. They were pulling mind strains with guided meditations so they can take away your money. 

If I had read this book a few years ago, I would’ve understood many things about myself.

This book is therapy itself. If you have been suffering with mental health problems, can be helpful. Read it ASAP.

I made a promise to myself and I’m willing to keep it: I will take myself out of hell each time is needed to.




Pensamientos

Me gusta pensar que cuando hago yoga, medito, tengo puestos mis audífonos, entro en una burbuja, en la que me aíslo de todo y de todos. Nada exterior puede afectarme, nadie puede tocarme. Es mi safe place, donde nadie puede herirme porque a nadie dejo entrar. 

Me es difícil mostrarme vulnerable ante los demás, incluso ante mí misma. Tengo barreras. A veces quiero que me vean, a veces no. 

La contradicción es parte de ser humano. Citando una frase que leí recientemente en un libro titulado Maybe you should talk to someone “Failure is part of being human” 

A veces me quedo pensando en que no quiero salir lastimada, pero, ¿qué hay de todas esas mujeres que todos los días reciben críticas, son rechazadas por la sociedad y, aun así, no se dan por vencidas? ¿Qué hay de aquellas a las que les han roto el corazón y se siguen enamorando como si fuera la primera vez? Y de otras tantas que les hicieron creer que hacían mal su trabajo o que no era suficiente y, aun así, siguieron trabajando y dando lo mejor de sí mismas. Todas esas mujeres que día a día siguen adelante y se dicen que SÍ, aunque el mundo les diga que no.

Son las heridas más profundas las que te dan las alas más grandes.

La vida como las clases de yoga: concentración. fuerza de voluntad y dejarte fluir.




Verity

Lowen Ashleigh es una escritora que por problemas financieros, acepta una propuesta que cambiará el rumbo de su vida. Jeremy Crawford, esposo de una autora bestseller, conocida como Verity Crawford, la contrata para terminar de escribir una serie de libros que no pudo terminar a causa de un accidente que la dejó estado vegetativo.  

Cuando Lowen llega a la mansión de los Crawford, encuentra una autobiografía con anotaciones muy personales de la autora que al principio parecen común y corrientes, pero que albergan terribles experiencias del antes y después de la muerte de sus hijas.

Lowen decide mantener este manuscrito oculto de Jeremy. Sabiendo que su contenido puede resultar devastador para él. Al pasar más tiempo escribiendo en la mansión de los Crawford, los sentimientos de Lowen por Jeremy se intensifican. Ella es consciente de que sin importar lo devoto que es a su esposa discapacitada, la verdad podría hacer que la dejara a su suerte.

Verity es una novela llena de suspenso que te hará cuestionarte de lo que es capaz una mujer por amor. Un libro que te mantendrá intrigada(o) hasta el final. 

Verity es un personaje muy perturbador. Demasiado inclinada a los detalles. Dentro de su narración, era imposible no enamorarse de Jeremy y de la relación que mantenían. Sin embargo, ésta se va volviendo más obsesiva y perturbadora. 

Siendo honesta, es una novela llena de red flags. Me gustó la ejecución, y aunque hubieron detalles bastante predecibles, el final me dejó sin palabras. Debo confesar que no soy fan de los finales abiertos y eso le restó puntos a la historia, pero verdaderamente no lo vi venir. Es de esos finales predecibles que tienen su toque impredecible.

Fue un libro que me mantuvo intrigada gran parte del tiempo y me parece que podría entrar en mi top 5 de mejores libros que ha escrito Colleen. A parte de que considero que fue bueno que se arriesgara a escribir un thriller, tomando en cuenta que su comfort genre es el romance. 

«Los escritores no deberían tener la audacia de escribir de sí mismos, a menos que estuviesen dispuestos a separar cada capa de protección entre su alma y el libro. Las palabras deberían salir directamente del centro de su intestino, desgarrando la carne y los huesos hasta liberarlas».








La bailarina de Auschwiz

Edith Eger tenía dieciséis años cuando ella y su familia son trasladados a Auschwitz tras la invasión de los Nazis a Hungría.

Al pisar el campo de concentración, sus padres son enviados a la cámara de gas y ella permanece junto a su hermana, pendiente de una muerte segura. Pero bailar El Danubio Azul para Mengele salva su vida, y a partir de entonces, empieza una nueva lucha por la supervivencia. Primero en los campos de exterminio, luego en la Checoslovaquia tomada por los comunistas y, finalmente, en Estados Unidos, donde se convierte en discípula de Viktor Frankl. 

La bailarina de Auschwitz es una historia de valentía, que nos deja un mensaje muy claro: tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida.

Como ya he comentado en otras reseñas, me gusta mucho leer historias de sobrevivientes al Holocausto. No, no porque sea una persona masoquista, más bien me considero optimista. Me encanta saber que aún en los peores tiempos de la humanidad, existe bondad y que tenemos la fortuna de contar con personas como Edith y Viktor Frankl, que tuvieron la valentía de compartir su historia y de salir adelante. De encontrar luz en medio de tanta oscuridad.

La narración de Edith es sorprendente, me pareció un milagro que ella y su hermana Magda sobrevivieran. Aunque supongo que requirieron demasiado coraje para permanecer unidas. No tengo palabras para describir lo que me hizo sentir el leer los horrores que vivieron durante esos años.

Es verdad que, psicológicamente hablando, no ayuda ignorar sucesos que han marcado nuestra vida. Hacer como que nunca pasaron. Por muchos años, Edith intentó llevar una vida normal en Estados Unidos, en donde no tuviera la necesidad de contar lo que había vivido en los campos de concentración. Pero sus esfuerzos por ocultar su historia fueron en vano. Porque los fantasmas del pasado nunca dejaron de perseguirla.

Este libro me llegó en el momento adecuado, como siempre digo, los libros no llegan a ti por casualidad; llegó para decirme que debía hacer las paces con un pasado que sólo había venido evadiendo. Debía darle luz a toda esa oscuridad que yacía muy dentro de mí y que me generaba una culpa impresionante. Verdaderamente este libro fue un abrazo para mi yo de hace tres años y agradezco la hermosa lección que me dejó. 

Somos nosotros mismos quienes construimos nuestras propias cárceles mentales. Somos prisioneros de nuestras emociones reprimidas. De nuestras culpas y arrepentimientos. Recomiendo mucho leer esta historia, sobre todo si se está viviendo un duelo, sea cual sea, creo que este libro podría ser útil para ver ese proceso de otra manera. De igual forma, suscribo la importancia de la terapia psicológica. 

«La decisión de aceptarme como soy: humana, imperfecta. La decisión de ser responsable de mi propia felicidad. De perdonarme mis defectos y reivindicar mi inocencia. De dejar de preguntarme por qué merecí sobrevivir (...) No puedo cambiar el pasado, pero puedo salvar una vida: la mía. La que estoy viviendo ahora, en este preciso momento».

El Aleph

El Aleph es una recopilación de cuentos que surgieron a partir de crónicas policiales, pinturas y visiones distorsionadas de la realidad. El cuento «El Aleph», publicado por primera vez en 1945, aborda uno de los temas recurrentes en la literatura de Borges: el infinito. 

Este libro llegó a mi to-read list gracias a otro libro: El Inconcebible Universo de José Gordon. En donde el autor habla del espacio-tiempo, el comportamiento de las partículas y conceptos de mecánica cuántica vistos desde un punto de vista poético. Cito:
"Las leyes de la Física espejean ideas de la Literatura. Tanto en Ciencia como en Literatura, los buenos relatos comparten una dosis de misterio y realeza."
En estos relatos cortos encontramos metáforas acerca de lo no tangible, de lo ficticio, de cómo todo se conecta. Me encanta pensar que el tiempo y el espacio son relativos, que vivimos cegados en un mundo en el que nuestra percepción es limitada. Vivimos en modo robot, como si en lo material, en lo conocido estuvieran las respuestas. 

Hay tanto que el ser humano ignora. Y es por eso que el mercado de psicoactivos es tan bien remunerado. Constantemente la gente quiere experimentar esa unión con el todo a través de esas sustancias. Pero ahí no están las respuestas, ahí sólo está el negocio. Más en fin, ¿será el ser humano capaz de conectar con el Aleph sin el consumo de otras sustancias psicoactivas? Lo averiguaremos.

Debo mencionar que son relatos complejos, que si requieren cierto análisis, pero que a la vez no tienen coherencia. Así que considero que para leer a Borges hay que tener una mente abierta y sobre todo, una mente curiosa que quiera ir más allá de lo concebible. 

«Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres) (...) Vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, y en la tierra otra vez el Aleph y en el Aleph la tierra».

Tokio Blues

Mientras aterriza en el aeropuerto de Hamburgo, el recuerdo de su juventud en Tokio de los años sesenta vuelve a Toru Watanabe al escuchar la canción de Norwegian Wood de los Beatles. Con melancolía, recuerda a Naoko, la novia de su mejor amigo de la adolescencia. El suicidio de éste marca un antes y un después en la vida de ambos.

Tokio Blues es una historia nostálgica que habla de la vida, la muerte y la sexualidad. Un libro que nos muestra la profunda transformación interna que se va suscitando con el paso de los años. 

Este libro tiene como protagonista a la muerte. Watanabe me pareció un chico inocente que, al verse afectado por la muerte de su amigo, va notando cambios en la percepción que tiene de la vida hasta llegar a un punto de madurez donde entiende que todo gran poder trae consigo una gran responsabilidad. A Naoko le tomé especial cariño y me dolió que fuera un personaje tan vulnerable tras la muerte de Kizuki. A pesar de que la relación entre estos dos personajes se da de manera lenta y conforme avanza el libro su interacción disminuye, me gustó el desarrollo del romance y la inocencia de su amor.

Considero que Reiko fue el personaje más destacable del libro, tomando en cuenta que fue una gran guía para Watanabe y Naoko y que su propia historia es bastante cruda. Disfruté mucho las cartas que se mandaban ella y Watanabe. 

Antes de pasar a hablar de un tema más serio, quisiera mencionar que el final me sacó un buen de onda. No porque estuviera mal, simplemente fue muy extraño y fuera de contexto pero, para nada es queja. Reconozco que me gusta lo impredecible.

Ahora bien, quisiera contar una anécdota que recordé al empezar a escribir esta reseña; un suceso del que ya se cumplirán 10 años en noviembre: la muerte de un compañero de la prepa. A pesar de no haber sido cercana a él, aún recuerdo lo mucho que me impactó la noticia de que había fallecido. Yo tenía 18 años. Sin duda, es un velorio que nunca voy a olvidar. Muchos de mis compañeros de generación se reunieron ese día. Y el recordar que su vida acabó ahí, a los 18 años, hace que se me llenen los ojos de lágrimas. 

Por otra parte, pienso que el tema del suicidio es una carga muy pesada para los vivos. Pero también estoy segura que hay decisiones que por más que quisiéramos cambiar, no podríamos. Así que, este mensaje va para todos aquellos que han vivido una situación similar a la de Watanabe. No se pudo haber hecho más de lo que se hizo. Y sí, aunque duela decirlo, la vida continúa.

En las últimas semanas he aprendido lo importante que es a hablar de mis emociones. Sentirlas y no negarlas o echarlas a un pozo sin fondo, sobre todo las que son negativas. Reconocérmelas a mí misma, para después poder expresárselas a los demás. Que salgan. Porque todas esas emociones reprimidas, hacen daño a la larga. Aún me encuentro en ese proceso de autoconocimiento, pero creo que hoy puedo reconocer mi progreso y decir que voy por buen camino, y que entre más consciente soy de la muerte, más valoro la vida.  

Quisiera agradecer a mi amiga Rit por darme ánimos para contar esta anécdota. Eres un sol, nunca lo olvides. Y un saludo especial para ese chico de chinos y ojos color miel, espero que todo esté bien allá arriba. 

«La muerte no se opone a la vida, la muerte está incluida en nuestra vida. Es una realidad. Mientras vivimos, vamos criando la muerte al mismo tiempo».

Libros favoritos

  • El ángel número 12 - Og Mandino
  • La sombra del viento - Carlos Ruíz Zafón
  • La ridícula idea de volver a verte - Rosa Montero