El Aleph es una recopilación de cuentos que surgieron a partir de crónicas policiales, pinturas y visiones distorsionadas de la realidad. El cuento «El Aleph», publicado por primera vez en 1945, aborda uno de los temas recurrentes en la literatura de Borges: el infinito.
Este libro llegó a mi to-read list gracias a otro libro: El Inconcebible Universo de José Gordon. En donde el autor habla del espacio-tiempo, el comportamiento de las partículas y conceptos de mecánica cuántica vistos desde un punto de vista poético. Cito:
"Las leyes de la Física espejean ideas de la Literatura. Tanto en Ciencia como en Literatura, los buenos relatos comparten una dosis de misterio y realeza."
En estos relatos cortos encontramos metáforas acerca de lo no tangible, de lo ficticio, de cómo todo se conecta. Me encanta pensar que el tiempo y el espacio son relativos, que vivimos cegados en un mundo en el que nuestra percepción es limitada. Vivimos en modo robot, como si en lo material, en lo conocido estuvieran las respuestas.
Hay tanto que el ser humano ignora. Y es por eso que el mercado de psicoactivos es tan bien remunerado. Constantemente la gente quiere experimentar esa unión con el todo a través de esas sustancias. Pero ahí no están las respuestas, ahí sólo está el negocio. Más en fin, ¿será el ser humano capaz de conectar con el Aleph sin el consumo de otras sustancias psicoactivas? Lo averiguaremos.
Debo mencionar que son relatos complejos, que si requieren cierto análisis, pero que a la vez no tienen coherencia. Así que considero que para leer a Borges hay que tener una mente abierta y sobre todo, una mente curiosa que quiera ir más allá de lo concebible.
«Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres) (...) Vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, y en la tierra otra vez el Aleph y en el Aleph la tierra».
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