Desde pequeña, Maya se ha sacrificado en cuerpo y alma al ballet. Trabaja como solista en la Compañía Nacional de Danza, hasta que un inesperado accidente cambia el rumbo de su carrera.
El único mundo que Maya conoce se ha derrumbado. Su abuela, que la ha guiado a lo largo de su carrera la culpa por lo sucedido y le quita todo el apoyo para su futuro. La ausencia de su madre y el descubrimiento de un secreto que ha permanecido oculto durante toda su vida, la harán viajar a Sorrento, Italia en busca de respuestas.
Cuando no queden más estrellas que contar es una historia que nos enseña a tener el valor de escoger la vida que realmente merecemos vivir, sin importar los obstáculos y las personas que se opongan a ésta.
Quisiera empezar diciendo que le tenía muy altas expectativas a este libro, pero no fue de mi agrado. La protagonista que huye de su pasado, el chico autosuficiente e independiente que se ha deslindado de su familia, ambos personajes comparten heridas en común, no sé... Me recordó a Nosotros en la luna de Alice Kellen. Misma premisa, diferente contexto. Perdón, lo tenía que decir.
Me gustan las historias de amor, sobre todo cuando son historias bien llevadas, bien construidas y en las que hay más trama de por medio. Esta historia tuvo trama, estuvo más o menos bien construida, pero para mi gusto, le faltó incertidumbre, plot twists. Faltó más drama con la antagonista, que en este caso es la abuela. Al final, todo resultó predecible. Hasta lo de esposo de Julio fue muy obvio.
Lo que ocurre con la mamá de Maya me tenía intrigada, pero al final fue demasiado obvio que se repitió el ciclo y que, efectivamente, no todas las personas que desean lo mejor para ti, lo hacen de manera genuina.
No todo es malo en esta reseña. Por lo que considero importante mencionar que me gustó bastante la forma en la que Maya se va encontrando a sí misma, ya que al vivir toda su vida en una burbuja, da un paso muy importante al ir en busca de su destino. Porque es real que cuando tienes planeada gran parte de tu vida, las cosas pueden cambiar de un instante a otro. Y entonces hay que adaptarse. Hay que buscar otro camino. Hay que reconstruirse.
En fin, es un libro que tiene mensajes muy bellos, no fue para mí pero eso no quiere decir que sea del todo malo. Lo dejo a su consideración.
«No basta con desear cambiar las cosas. Tienes que moverlas, darles la vuelta y transformarlas en lo que tú quieres que sean. Asumir que, hagas lo que hagas, el mundo sigue girando (...) ¿Y sabes qué? Todo parece cambiar cuando tú cambias. Esa es la verdad. Y una vez que comienzas ese tránsito, no te detienes hasta definir quién eres. Hasta aceptar tus contradicciones. Tus miedos. Tus deseos».
No hay comentarios.:
Publicar un comentario