Tara Westover no conoce la fecha exacta de su nacimiento, ha crecido en las montañas de Idaho y obedece al pie de la letra los principios de su padre, un mormón convencido de que el fin del mundo es inminente. Tara y sus 6 hermanos son educados en casa y no acuden al médico cuando enferman. Su padre tiene un deshuesadero y su madre es curandera y única partera de la zona.
Tara tiene 17 años cuando pisa por primera un salón de clases. Ignorando que han ocurrido dos guerras mundiales y otros acontecimientos que a esa edad debería tener, reúne las fuerzas necesarias para aplicar al examen de ingreso a la universidad, cruzar el océano y graduarse en Cambridge, aunque eso signifique romper lazos familiares.
Una Educación es una historia de vida excepcional que nos demuestra el poder del conocimiento. Un libro que dejará huella en todo aquel que lo lea.
Quisiera empezar haciendo un breve análisis del problema más grande la familia Westover: su obsesión con la religión. Y ojo, no es un ataque a las creencias de estas personas, más bien es una reflexión de que la religión (sea cual sea) exacerbada, hace mucho daño; un ejemplo claro de esto, son los accidentes que tienen todos los integrantes de la familia que por si no fuera suficiente, desconfían de la medicina occidental y prefieren recurrir a terapias alternativas. Repito, no es que la fe en Dios sea un problema, pero la obsesión con cualquier religión, con cualquier deidad, puede ser un arma de doble filo.
Ahora bien, quiero hacer énfasis en la indiscutible enfermedad mental del padre de Tara. Guiado por una conducta sumamente machista, crea un ambiente hostil para aquellos integrantes de la familia que deciden salir de sus cuatro paredes con el fin de obtener un grado académico. Tras los constantes acontecimientos en los que ponía en peligro a su familia y hasta a él mismo, queda claro que este hombre rara vez tenía momentos de lucidez en los que podía dimensionar la gravedad de lo que hacía.
También quisiera hablar de la conducta del hermano mayor: Shawn. Tara narra la forma en la que vive violencia tanto física como psicológica que, por supuesto, por muchos años ignoró que era violencia. Y yo me pregunto, ¿Cuántas mujeres lo viven diariamente y ni siquiera son capaces de dimensionarlo por el simple hecho de que esa violencia viene por parte de su familia? No pueden ver más allá de lo que se les inculcó en casa. Lo que acontece entre Shawn y sus hermanas menores, es una situación que ocurre con frecuencia en las familias y que gran parte de las veces se pasa por alto.
Debo reconocer que al final esperaba que las cosas en la familia de Tara mejoraran, pero me pareció bastante fuerte entender que hay personas que al no querer salir de su comodidad, no cambiarán. Pero nunca es tarde para ser esa oveja negra de la familia que decide romper patrones.
Considero que es un libro que todo el mundo debería leer. El poder que Tara adquiere sobre sí misma cuando recibe la educación que sus padres nunca le dieron, y que incluso le negaron gran parte de su vida, deja ver el abanico de posibilidades que hay cuando se rompen las reglas en casa para entender y ver al mundo con una nueva perspectiva. Ampliamente recomendado.
«Emanciparse de la esclavitud mental (...) Nadie, excepto nosotros, podemos liberar nuestras mentes».
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