Después de una amplia investigación en numerosos libros de Psicología, Neurología y de la búsqueda implacable de numerosos autores, Rosa Montero nos ofrece un estudio apasionante sobre los vínculos entre la creatividad y la inestabilidad mental.
Este ensayo comparte varias curiosidades sobre cómo funciona nuestro cerebro al crear, desmenuzando todos los aspectos que influyen en la creatividad. La misma autora comparte una experiencia personal, que durante años la hizo divagar entre la cordura y la locura.
El peligro de estar cuerda nos menciona que la capacidad para crear es un don... Por el que hay que pagar un precio muy alto. La mente de un artista es como océano, que contiene una profundidad a la que ni él mismo tiene completo acceso.
Este libro me dejó sin palabras. Rosa Montero hizo un trabajo impecable. No sólo por la extensa investigación que realizó, que me imagino, le tomó bastante tiempo, sino porque a través de anécdotas de escritores famosos y de ella misma, se puede vislumbrar la imperiosa necesidad de catarsis a través de la creatividad.
Me resulta increíble de lo que es capaz el cerebro una vez que apaga el foco de lo racional y da pauta a que la imaginación haga de las suyas. Es verdad que varios escritores cuyas obras marcaron un antes y un después en el mundo de la literatura, no tuvieron una vida fácil; pero fue esa imperiosa necesidad de transmutar el sufrimiento en ficción, poesía, palabras, la que los llevó a convertirse en un legado. La escritura y en general, todo lo que concebimos como arte, es capaz de conectar los neurotransmisores que parecen no conectarse con ninguna otra actividad. Es bien sabido que la escritura sana.
Me queda claro el éxtasis que sienten los(as) escritores(as) al escribir. Me imagino que esa sensación se asimila a lo que sienten las personas cuando consumen sustancias psicoactivas. Una mezcla de noradrenalina, dopamina, serotonina en el cerebro, que da placer, felicidad instantánea, pero momentánea. Y tal vez es por eso que el regreso a la realidad se vuelve cada vez más duro. La vida bajo un efecto sedante debe ser mucho mejor que la percepción del mundo a través de los cinco sentidos.
Me identifiqué mucho con algo que menciona Rosa en el libro: el síndrome del impostor. Esa sensación de que nunca es suficientemente bueno lo que se hace. Algo con lo que, personalmente, aún trabajo. Y les podría hacer toda una lista de las cuestiones en las que me vi reflejada, pero el hecho de que lea y sea creadora de contenido de libros, deja muy clara la constante necesidad de catarsis a través del proceso creativo.
En fin, me encantó la estructura que posee este libro, porque te lleva de la mano a través de un cúmulo de experiencias personales de la autora, que con fundamentos científicos, nos comprueba que hay una gran conexión entre la disociación y la capacidad para crear.
Independientemente del género literario que prefieran leer, este libro es un must para entender qué hay detrás de las grandes obras y qué hay dentro de las mentes de nuestros autores y autoras favoritos(as). Háganse un favor y lean este libro.
«Cuán parecidos son el genio y la locura. Y por genio insisto, hay que entender todo tipo de individuo creativo, sea de la calidad que sea. Porque estoy convencida de que el peor artista y el más sublime, comparten la misma estructura mental básica».